Nació el 16 de abril de 1979 en Huelva. Autodidacta hasta el 2000 en el que quedó finalista del ‘Concurso de Fandangos Jóvenes de Huelva’, obteniendo una beca que le permitió estudiar con los maestros Naranjito de Triana y José de la Tomasa, entre otros. Desde ahí comienza su carrera profesional como cantaor, y de forma paralela combina los recitales flamencos con el cante para acompañar a los bailaores y bailaoras más reconocidos, como Eva ‘La Yerbabuena’. Este año ha logrado la prestigiosa ‘Lámpara Minera’.
¿Cómo descubres el mundo flamenco?
–Yo conocí el flamenco a través de mi abuela Catalina. En Huelva el flamenco es una tradición generacional. Recuerdo que con tan sólo tres añitos ella solía escuchar a Marchena, Valderrama... Y se pegaba todo el día cantando.
¿Quiénes han sido tus referentes?
–Naranjito de Triana marcó mi vida, fue quien me lo enseñó todo. Otros cantaores como Chacón, Valderrama, Pastora pavón, Mairena... A medida que he ido evolucionando y formándome, muchos artistas han ido pasando por mi vida. Pero los dos pilares fundamentales en mi vida como cantaor, han sido Naranjito de Triana y Eva la Yerbabuena.
¿Existe rivalidad en el mundo del flamenco?
–Yo no lo vivo así. Como en cualquier otra profesión, la rivalidad entre profesionales es un hecho, pero en este mundo existen tantos matices, tantos colores de voces, tantas alternativas, que hay cabida para todos, lógicamente, dentro de la calidad de cada uno. También dependerá de cómo sea cada cual, lógicamente. Yo puedo sentirme orgulloso de ser un buen compañero y amigo, así me lo han demostrado a lo largo de mi trayectoria.
En la actualidad cuentas con un disco en el mercado, ‘Oro viejo’, ¿cómo surge este proyecto?
–Yo he tenido tres sueños importantes en mi vida: cantarle a Eva la Yerbabuena, hacer un disco con Juan Carlos Romero y ganar la Lámpara Minera. Todos se han cumplido. ‘Oro viejo’ fue un proyecto que maduré durante mucho tiempo. Han sido 12 años de carrera, esperando que me sintiera preparado para ello, y cuando así lo sentí, hablé con Juan Carlos Romero y no me puso ninguna pega.
¿Cuáles son tus sueños ahora?
–Grabar mi segundo disco. Quiero volver a grabar con Juan Carlos Romero, además, quiero que me toque él, que me componga los temas y que sea el eje central del proyecto. Debo destacar que Juan Carlos me ha aportado mucho en mi trayectoria, me ha enseñado más de lo que podía imaginar artística y personalmente.
¿Cómo está afectando la crisis al mundo del flamenco?
–Como en todos los sectores la crisis se está notando, aunque debo reconocer, que no es mi caso. Yo canto para bailar y nuestra demanda está en el extranjero, donde el flamenco es muy valorado y apreciado. Aunque sé que los compañeros trabajan ‘a taquilla’ y es duro mantenerse.
¿Qué te ha supuesto ganar la Lámpara Minera en su 53 edición?
–Yo no tengo palabras para expresar lo que he vivido con este premio. Llevo media vida en el mundo del flamenco. Demasiado tiempo sacrificado, alejado de mi familia, de Huelva, de mi gente. La Lámpara Minera fue un sueño que le dedico a mi familia, por lo que han aguantado; años de formación que han sido recompensados, pero te diré, que si me siento orgulloso de este premio, es por ellos. Es algo que les debía y sé que se sienten satisfechos por este logro. El premio lo hemos ganado todos, yo sólo puse mi voz.
Supongo que este premio dará un giro a tu vida
–Yo voy a seguir igual, soy Jeromo Segura, ‘Jeromito’ para los amigos. Aunque es cierto que al margen de seguir cantando para el baile, quiero aprovechar este hecho para cantar más en solitario, pero sin perder lo que tengo en la actualidad. Yo soy un hombre de palabra y cumplo siempre con lo que me comprometo, eso no lo cambiaré jamás, sería una gran ofensa a mis padres, quienes me educaron así.
Sé que también te dedicas a la enseñanza del flamenco en la fundación Cristina Heeren, ¿cómo es la experiencia de enseñar a nuevos artistas?
–Es algo que me motiva mucho, ver cómo evolucionan, cómo se quedan con todo, es muy enriquecedor. El flamenco tiene buena cantera y las nuevas promesas vienen empujando fuerte. Me siento muy orgulloso de haber formado parte de sus vidas, además, no pierdo el contacto con ellos y me suelen llamar muy a menudo.
¿Qué opinas de las distintas fusiones existentes con el flamenco?
–Yo soy más purista y me suelo mantener en las raíces, pero lo que está bien hecho, me gusta. Por ejemplo, Enrique Morente era un genio y dejó grandes temas para la historia. También hay jóvenes como Miguel Poveda con la copla, o el propio Arcángel, que lo mismo canta con una orquesta como con una guitarra y haga lo que haga, de su garganta salen grandes temas. Lo mismo innova que profundiza en el más puro estilo del flamenco. En definitiva, a mí me gusta el flamenco en general, aunque me mantenga por ahora en un estilo más purista.
Se dice que Huelva no valora lo suficiente a sus artistas, ¿te sientes acogido por los onubenses?
–Por supuesto, uno de los orgullos que tengo es llevar a mi tierra por bandera, cante donde cante, y eso se nota cuando llegas a esta tierra. Me siento mimado y valorado, y Huelva sabe que el cariño es recíproco. Creo que ese tema tiene que ver con la persona, cuando uno hace las cosas con cariño y esfuerzo, el pueblo lo recompensa. Los onubenses no son tontos. Un ejemplo claro se ha dado con ese premio de la Lámpara Minera, de Huelva me han llamado ‘lo más grande’ y es todo un honor decirlo con el corazón abierto.
¿Qué tiene Huelva que produce grandes artistas del Flamenco?
–Huelva ahora mismo tiene los más grandes artistas flamencos del panorama nacional, permíteme que nombre: Arcángel, Argentina, Pitingo, Los Mellis, Sebastián Cruz, Jesús Corbacho, Manuel De la luz, Paco Cruzado, Joaquín Brito, Carmelo Picón, Guillermo Cano, Pepe El Marismeño, María Canea, Antonio Molina ‘El Cholo’, Cheito... Se me olvidarán muchos, que me disculpen. La cantera de cantaores de Huelva es de las mejores que hay. Eso se lleva en la sangre, es una tradición con la que se nace. Tenemos buenas peñas flamencas que crean buenos artistas. Hay que decir que muchos viven de esto muy dignamente.
