Estados Unidos no insistirá en que la resolución del Consejo de Seguridad contemple el uso de la fuerza en Siria, pero sí en que determine claramente las consecuencias que su incumplimiento acarreará para el régimen de Bashar al Assad, según han informado fuentes estadounidenses.
Las fuentes han explicado que Washington no insistirá en mencionar el posible uso de la fuerza al considerar que Moscú se negaría tajantemente y ello bloquearía la aprobación de una resolución sobre las armas químicas sirias en el Consejo de Seguridad.
Se trata de una concesión que Estados Unidos haría a cambio de que Rusia garantizara que Siria pone sus armas químicas bajo custodia internacional de una forma verificable.
No obstante, han señalado que la Casa Blanca sí presionará para que la resolución establezca claramente las condiciones del desarme químico y las consecuencias que se derivarán de su incumplimiento, sobre todo sanciones.
A este respecto, no han descartado que Estados Unidos y sus aliados intenten que la resolución del Consejo de Seguridad se enmarque en el capítulo siete de la Carta de Naciones Unidas, que contempla todo tipo de sanciones, incluidas las militares.
Al parecer, las negociaciones se centran en estos momentos en encontrar un término medio, ya que Washington intenta introducir las sanciones más fuertes, mientras que Moscú opta por las más débiles.
DIÁLOGO BILATERAL
"No vamos a prejuzgar el resultado de unas negociaciones que acaban de empezar, pero ya hemos dejado claro que para que sea creíble, debe ser verificable y con consecuencias", ha dicho, por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, iniciaron el pasado jueves una ronda de contactos para concretar la propuesta de que el Gobierno sirio ponga su arsenal químico bajo custodia internacional.
El diálogo también se centran en la necesidad de fijar una fecha para la celebración de la Segunda Conferencia de Ginebra, una iniciativa de Washington y Moscú cuyo objetivo es consensuar una solución política con las partes y que está parada desde el pasado mes de mayo por las diferencias sobre los participantes.
Las conversaciones continuarán este sábado y se reanudarán dentro de un mes, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, donde esperan llegar a un acuerdo definitivo sobre la fecha para la celebración de la Segunda Conferencia de Ginebra.
Las fuentes han reiterado que el presidente estadounidense, Barack Obama, no ha descartado llevar a cabo una intervención militar al margen de Naciones Unidas para castigar el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen de Al Assad, si la opción diplomática fracasa.
OPCIÓN DIPLOMÁTICA
El pasado lunes, Kerry, propuso "de forma retórica" --según matizó después el Departamento de Estado-- que el Gobierno de Al Assad pusiera sus armas químicas bajo custodia internacional para evitar que se usen en la guerra civil y una intervención militar extranjera.
Lavrov recogió la propuesta estadounidense y se la trasladó a su homólogo sirio, Walid al Muallem, que aceptó "motivado por su preocupación por las vidas de sus ciudadanos y por la seguridad del país"".
El presidente estadounidense ha considerado que la propuesta rusa podría ser "un desarrollo potencialmente positivo" que podría provocar una "ruptura" en el conflicto sirio y ha anunciado que trabajará con Moscú y Damasco para que sea algo "ejecutable y serio".
A pesar de ello, ha advertido de que podría ser también "una táctica para estancar o retrasar toda la presión (que Estados Unidos) está ejerciendo actualmente" sobre el Gobierno sirio, por lo que ha insistido en que el Congreso le autorice a intervenir militarmente.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha valorado el cambio de postura de Obama, pero ha insistido en que abandone "el lenguaje de la fuerza", advirtiendo de que una intervención militar agravaría el conflicto sirio, lo extendería más allá de sus fronteras con "una nueva ola de terrorismo" y sería un "acto de agresión".
ATAQUES QUÍMICOS
Las alarmas saltaron el pasado 21 de agosto, cuando las tropas gubernamentales lanzaron un ataque químico sobre Damasco dejando cientos de muertos y miles de afectado, según han denunciado activistas y opositores.
Este supuesto ataque químico activó el engranaje de la política internacional permitiendo que, tras meses de espera, finalmente un grupo de expertos de Naciones Unidas llegara a Siria para investigar estas denuncias sobre el terreno.
Otro equipo de la ONU, liderado por el brasileño Paulo Pinheiro, ha acusado hoy a las tropas gubernamentales y a los rebeldes de cometer crímenes de guerra y ha denunciado el uso de armas químicas "predominantemente por parte del Gobierno".