El presidente del Congreso ha comparecido esta semana para informar de unas nuevas normas en relación a los viajes de sus señorías y que, tal como aclaraba en una red social hace unos días mi amigo @idiazpe, los diputados no es que viajen gratis, es que sus viajes los pagamos todos. Lo digo por aquello de que a ustedes se les quede claro este aspecto desde el principio.
En todo ese maremagnun de datos que ofreció Jesús Posadas, destaco algo que me llama la atención, porque, como en otras ocasiones, me temo que es la trampa de todo este embrollo. Porque es un embrollo, no me lo nieguen. El refrán suele decir que “quien hace la ley, hace la trampa”.
Uno de los tipos de viajes que sufragará el erario público (insisto, usted y yo) son aquellos que se realicen a un lugar distinto a la circunscripción del diputado. Para estos, será necesaria una declaración escrita del diputado y el aval de su grupo parlamentario, que certifica el objeto político del desplazamiento. Ea, pues hecha la ley, hecha la trampa.
Ahora díganme ustedes qué grupo parlamentario no va a avalar el desplazamiento de uno de sus diputados a un lugar cualquiera del territorio peninsular o insular, ajeno a su circunscripción, para asistir a un mitín, una reunión de su ejecutiva o simplemente para inaugurar un parque público, porque las estrategias políticas de su formación así lo aconsejen. Por si esto fuera poco, a los senadores se les aplicará el mismo baremo en sus desplazamientos. Y como comprenderán, este acuerdo ha sido prácticamente mayoritario.
Está ahora más que de sobra que cada tres meses, tal como Posadas ha informado, se publique en la página web de la Cámara Baja el coste total de cada una de las tres categorías de desplazamientos. Como también sobra que el Grupo Parlamentario Socialista anuncie, en un alarde de honestidad, que también publicará las agendas de sus 110 diputados, para que los ciudadanos sepamos “dónde y por qué” se desplazan. ¿Para qué? ¿Hechos consumados?
Y para rizar el rizo, Posada añade que no se conocerán los datos de estos viajes de sus señorías de forma personalizada: se entiende que algunos de estos desplazamientos tienen carácter reservado, por lo que debe bastar con la garantía que ofrece el grupo parlamentario en cuestión, sobre el objeto del mismo (risas en off).
Ya me gustaría tener tiempo para conocer cómo se gestionan los gastos de viajes de parlamentarios de otros países europeos. Pero me malicio que no de esta forma.