El Eibar se reencontró con la victoria en Balaídos, después de ganar al Celta de Vigo (0-1) en un partido en el que el conjunto gallego, que acumula 306 minutos sin ver puerta y encadena tres partidos sin ganar, fue víctima de su falta de acierto.
Arrancó con fuerza el Celta, logrando desde el inicio encerrar en su campo al Eibar y mover la pelota con la velocidad que le había faltado en sus últimos partidos y tanto había demandado en la previa su entrenador, Eduardo "Toto" Berizzo.
Antes de que se cumpliese el minuto cinco, el argentino Joaquín Larrivey ya disfrutó de una doble oportunidad, primero con un cabezazo que desvió Irureta a córner y después con un remate muy forzado que se marchó desviado.
El Celta buscaba desbordar por las bandas, especialmente por la derecha, donde el chileno Orellana y el lateral Hugo Mallo hacían mucho daño a la defensa vasca, como en el minuto 7, cuando una combinación entre ambos dejó sólo a Mallo ante el meta visitante pero remató demasiado desviado.
Siguió buscando acabar con su sequía goleadora el Celta, y disfrutó de otras dos buenas ocasiones con un cabezazo de Nolito y un disparo desde la frontal de Krohn-Dehli, pero fue el Eibar quien se adelantó con un gol de Manu del Moral, quien un minuto antes ya había probado a Sergio Álvarez.
Demasiado premio para el conjunto guipuzcoano, excesivo castigo para su rival, víctima de la falta de puntería de sus atacantes, incapaces de finalizar las buenas ocasiones que habían generado.
Y es que en el segundo acto, el dominio del Celta todavía fue más abrumador, ya que el Eibar renunció por completo al ataque. Los jugadores de Gaizka Garitano se encerraron en su área, y con las líneas muy juntas dificultaron el juego de los celestes, que, aún así, disfrutaron de varias oportunidades para empatar.
La más clara un remate del danés Krohn-Dehli en el tiempo de descuento que se estrelló en el larguero después de que el balón tocara en Boateng, aunque antes también habían rozado el gol Larrivey, Nolito, Augusto Fernández y Charles.
