La situación que atraviesa actualmente el astillero es consecuencia de que el dique no se ha secado aún tras el problema con el buque MSC Shenzhen. “Las administraciones nos dejan sacar agua para que el buque no flote pero no nos dan autorización para poder secar el dique”, señaló ayer el director general de Cernaval, Manuel Piedra. “Esto supone que los trabajos en el interior del buque están acabando y por fuera son imposibles”, añadió.
Ante esta problemática, el astillero se ha visto en la necesidad de despedir a una treintena de trabajadores ya que no hay trabajo como consecuencia de que el dique está ocupado y ni siquiera se puede trabajar sobre el Shenzhen.
La previsión de empleo, según Piedra, “no es nada esperanzadora y de seguir así deberemos prescindir del 90 ó 95 por ciento de la plantilla actual”. De hecho, Cernaval ha perdido ya dos contratos, cercanos cada uno al millón de euros, que estaban programados, y mientras que esté el Shenzhen en el dique se tendrán que cancelar contratos ya acordados.
Además, el dique flotante de Cernaval tampoco ha podido ser utilizado, ya que los prácticos portuarios no han dado su autorización por el fuerte viento.Hoy a las 7.30 horas los trabajadores tienen previsto concentrarse en la rotonda del hotel Romacar y se están planteado acudir a la subdelegación del gobierno para pedir soluciones.
Desde el astillero se pide ayuda y solución a las administraciones. “Las administraciones nos están poniendo impedimentos para sacar el agua del dique, pero es una cuestión de costes”, afirmó Piedra. “Hemos planteado tratamientos con química y sacar el agua al mar una vez que los análisis sean adecuados, pero los prácticos y remolcadores no se sientan en la mesa y el barco no paga más del 50 por ciento de los costes. Nosotros, además de recibir el daño ¿tenemos que pagar?. Es casi un insulto a nuestra inteligencia”.
Si el agua no se puede verter al mar otra solución es sacar las 80.000 toneladas a otro buque. La pregunta que se hace el astillero es quién fleta y quien paga ese barco y quien bombea el agua.
Apoyo municipal
El alcalde de San Roque, Fernando Palma, mantuvo una reunión a las puertas de los astilleros con los trabajadores. Estuvo acompañado por el concejal de Industrias, Manuel Melero.
Palma aseguró que “no es de recibo que las administraciones no se pongan de acuerdo y al final paguen los platos rotos los trabajadores, que no tienen culpa de nada, y se van a ir al paro”. El alcalde no entiende cómo “no se da una solución urgente a este problema, que no ha creado la empresa y que afecta a más de 150 trabajadores, no de manera puntual, sino que no se podrá trabajar en tanto no salga de ahí ese buque”.
La indignación de los trabajadores era grande con las administraciones implicadas, a las que culpan de la situación, mientras que defienden a la empresa, “que está realizado inversiones y dando trabajo sin ningún tipo de ayuda externa, sino de su bolsillo”.
El alcalde dijo a los trabajadores que “lo que me preocupa son vuestros puestos de trabajo, y voy a acompañaros a donde sea para que se de una solución inmediata a esto”.
Manuel Piedra lamentó la situación “con el buen ritmo de trabajo que llevábamos. Éramos el faro en alta mar y queremos ayuda de las administraciones”.