Según adelanta este miércoles la prensa local, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial considera que la joven, a consecuencia de estos hechos, ha desarrollado un trastorno de estrés postraumático crónico y ansiedad, por lo que ha necesitado tratamiento médico desde entonces.
El tribunal explica en la resolución que el procesado había realizado una carrera de acoso y persecución de la menor, aislándola de todo contacto con el sexo opuesto, todo ello con la finalidad de reservarse para sí a la menor.
La sentencia, que no es firme, absuelve al condenado de maltrato habitual y le condena a indemnizar a la menor con 3.000 euros.