La capital jienense prosigue su regresión demográfica al perder en el último año 737 habitantes, para situarse con 114.658 habitantes, según los datos actualizados del padrón hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística.
La tendencia a la baja en la población se mantiene por sexto año consecutivo (desde 2010), aunque ha sido el último año cuando se ha producido el mayor descenso demográfico en términos absolutos. Además, si nos retrotraemos al inicio de la crisis, en el año 2007, la pérdida de población en la capital se sitúa en 1.735 habitantes. El pico máximo de población se dio en el año 2010, con un total de 116.790 personas censadas. A partir de ese año, la pérdida de población se mantiene constante.
El padrón actualizado a 1 de enero de 2017 (que utiliza datos de población municipal de mayo de 2016) revela un descenso en la población de la capital del 0,64%, a pesar de que la media entre las capitales españolas registra un crecimiento del 0,09%. Del total de población, 59.499 son mujeres y 55.159, hombres. En la capital están empadronadas personas de una treintena de nacionalidades, destacando las cifras próximas al millar de personas del continente africano y, en igual proporción, las que proceden de América. Por países, destacan los nacionales de Marruecos, Colombia, Rumanía o Ecuador.
La regresión demográfica es aún mayor en el conjunto de la provincia jienense, cuyo último padrón se sitúa en 648.250 habitantes, lo que supone un descenso de 5.920 habitantes con relación al año 2015.
Los descensos son comunes en todos los núcleos mayores de 20.000 habitantes, Linares, Andújar, Martos, Alcalá la Real y Úbeda, aunque es en la localidad ubetense donde el descenso es menos acusado. A este escenario sombrío sobre la realidad demográfica de la provincia se unen los datos aportados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía sobre el tercer trimestre de 2016, según los cuales, Jaén es la única de las ocho provincias en la que las muertes superan a los nacimientos. Así, Jaén tiene el mayor descenso de población, con 1.493 personas fallecidas frente a los 1.366 recién nacidos.
Municipios que crecen
La Guardia y Los Villares, dos de los municipios ‘dormitorios’ del área metropolitana de Jaén constituyen la excepción a la pérdida de población generalizada en la provincia jienense. El primero crece 63 habitantes y se va hasta los 4.895 habitantes, y el segundo aumenta su padrón en 19 personas, hasta los 6.019. También llama la atención el municipio de Iznatoraf que, con 15 habitantes más (para un total de 1.031), es uno de los escasos núcleos que gana población, aunque en este caso nada tenga que ver su cercanía a la capital.
El descenso de población es casi generalizado, aunque pueblos como Arjona o Torres se mantienen prácticamente en los mismos niveles. Y llama la atención el descenso de población en Santiago-Pontones que, con 3.229 habitantes, ha perdido casi un millar de habitantes en apenas una década.
