Lo políticamente incorrecto, lo extravagante y lo experimental se dan cita en esta exposición, en la que nueve artistas llegados desde España o Latinoamérica ponen en común su punto de vista junto con el de otros creadores de varias nacionalidades.
Se trata de 25 promesas, que viven desde hace unos meses en la residencia de artistas GlogauAIR –en el Berlín oriental–, una suerte de centro cultural que recibe a pintores, escultores, fotógrafos, e incluso bailarines para que trabajen libremente sin ataduras.
Todos los estilos y materiales son bienvenidos; desde los óleos impresionistas de José de León, hasta el surrealismo en forma de retazos de madera de Lara + Coto, pasando por el happening de la brasileña Carolina Cordeiro, que se recrea con Boleiros en las líneas que dibuja el óleo sobre bandejas de aluminio.
“En Berlín lo alternativo es posible, mientras que en España a uno sólo le queda entrar en el círculo burocrático-político”, declara a Efe Irene Pascual, comisaria de la muestra al tiempo que directora de la residencia de artistas desde abril de 2008.
Fundada por el español Chema Alvargonzález en lo que era una antigua escuela herencia del modernismo alemán, GlogauAIR nació con la idea de proporcionar espacios a los artistas para que creen, y después de tres o seis meses, expongan de manera conjunta.
El taller y el alojamiento les cuesta 400 euros mensuales, a pesar de que normalmente los artistas participan en estos programas –muy extendidos por Europa– subvencionados a través de instituciones u organismos que les conceden becas.
Establecer redes y contactos es “la mejor forma de promover el arte”, insistió Pascual, para quien el objetivo principal es ofrecer una plataforma de expresión para el arte contemporáneo, y a largo plazo, captar el interés de galerías y salas de exposiciones.
También artista, considera que lo más enriquecedor de la experiencia es la parte social, “el hacer amigos y poner tu obra en un contexto global”.
